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La Vida Virtuosa: Resolución

Este es el cuarto artículo de una serie sobre cómo vivir una vida virtuosa al estilo de Benjamin Franklin.

Resuelve hacer lo que debes; realiza sin fallar lo que resuelves.

Si quieres tener éxito en la vida, debes desarrollar la virtud de la resolución. La resolución es la firme determinación de lograr lo que te propones. Ben incluyó la resolución como su cuarta virtud, porque lograrla aseguraría que trabajaría en las otras nueve.

He visto a innumerables personas comenzar con las mejores intenciones, solo para fracasar porque su resolución era débil. Pero también he visto a muchas otras tener éxito a pesar de las dificultades porque su determinación de lograr su objetivo las consumía. Un ejemplo supremo de resolución proviene del líder militar macedonio, Alejandro Magno, y su asedio a Tiro.

La Resolución de Alejandro para Conquistar Tiro

Alejandro Magno, uno de los hombres más grandes que han existido, se propuso en sus primeros veinte años conquistar el Imperio Persa. En su búsqueda por cumplir esta tarea aparentemente imposible, conquistó ciudad tras ciudad. Entre ellas se encontraba la ciudad fenicia de Tiro, que servía como base naval persa. Una victoria en Tiro era una necesidad estratégica para Alejandro. El problema era que Tiro era prácticamente inexpugnable. La ciudad se encontraba en una isla a una milla de la costa del Líbano. Además, la ciudad estaba protegida por murallas que alcanzaban los 60 metros de altura en algunos lugares y tenían un grosor de 45 metros.

Conquistar una fortaleza de tal magnitud parecía imposible para todos, excepto para Alejandro. Brillante, confiado y valiente, Alejandro nunca retrocedió ante ningún desafío. Ordenó a sus hombres comenzar a construir un puente o malecón hacia la isla para poder acercar las torres de asedio a las murallas de la ciudad. La construcción comenzó en enero del 332 a.C.

La armada de Tiro disparaba flechas incendiarias contra los trabajadores. Los ataques hacían casi imposible la construcción. Alejandro no se dejó intimidar. Colocó dos torres equipadas con catapultas en el puente terrestre para defender a sus trabajadores de los barcos atacantes. Los tirios contraatacaron llenando sus barcos con una sustancia altamente inflamable, incendiándolos y estrellándolos contra el puente y las torres. Meses de arduo trabajo se convirtieron en cenizas. En lugar de rendirse, Alejandro ordenó a sus tropas comenzar de nuevo, esta vez haciendo el puente aún más ancho. El progreso en el nuevo puente siguió según lo planeado y poco a poco se acercaba a la isla.

Mientras avanzaba la construcción del malecón, Alejandro comenzó a planear un ataque naval a la ciudad. Convocó barcos de sus territorios recién conquistados y comenzó a bloquear los puertos de Tiro. Utilizando arietes en sus barcos, Alejandro comenzó a probar las murallas de la ciudad en busca de puntos débiles. Pero los tirios habían colocado bloques de piedra bajo el agua para impedir el avance de los trirremes. Esto, por supuesto, no detuvo a Alejandro. Trajo barcos con enormes grúas para levantar pacientemente las rocas.

En una mañana de julio del 332 a.C., Alejandro preparó a sus tropas y armas para un asedio bien orquestado. Sus soldados atacaron desde el malecón y dispararon enjambres de flechas. Los arietes de los barcos golpearon las murallas. Las catapultas lanzaron piedras. Se creó una pequeña brecha en el lado sur de la isla y las tropas se precipitaron. Una vez que el ejército macedonio entró en la ciudad, rápidamente tomaron la guarnición y conquistaron la inconquistable Tiro. A Alejandro le llevó nueve meses lograr lo que se había propuesto. Nunca dudó de que tendría éxito.

Desarrolla tu resolución

Convertirte en una persona más resuelta requerirá que profundices y encuentres la voluntad de superar cualquier obstáculo en tu camino para alcanzar tu objetivo. Nadie puede hacer eso por ti excepto tú mismo. Pero aquí hay algunas sugerencias que pueden ayudarte en tu búsqueda por convertirte en un hombre de fortaleza inquebrantable.

  1. Resuelve cómo actuarás cuando enfrentes un desafío, antes de enfrentarlo. Hay ciertas cuestiones morales y éticas que seguramente enfrentarás durante tu vida. No dejes estas decisiones para tomarlas en el calor del momento. Si lo haces, es probable que la debilidad se apodere de ti y elijas la opción más fácil y, a veces, equivocada. Resuelve ahora lo que harás y lo que no harás, y nunca más tendrás que tomar esas decisiones.
  2. Ten una confianza suprema. Justo antes del asedio de Tiro, Darío III, Rey de Persia, ofreció a Alejandro una tregua, tierras y la mano de su hija en matrimonio. Alejandro rechazó la oferta e instruyó a Darío a que, en adelante, se refiriera a él como “Señor de Asia,” y no como su igual. Añadió: “Te perseguiré dondequiera que estés.” Nunca dudes que puedes lograr lo que te propones y no hagas concesiones.
  3. Escribe tus metas todos los días. Al escribir tus metas todos los días, te enfocas en la tarea que deseas lograr. Saber exactamente lo que quieres lograr te mantendrá motivado para mantener tu resolución, incluso cuando los tiempos se pongan difíciles.
  4. Cambia tu estrategia. Las personas a menudo pierden su resolución porque no tienen éxito. Pero muchas veces el fracaso no se debe a que la tarea sea imposible, sino a que se está utilizando la estrategia incorrecta. Albert Einstein dijo famosamente: “La locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.” Si ves que algo en tu vida no está funcionando, cámbialo. Debes ser flexible en tu búsqueda del éxito. Eso es lo que hizo Alejandro. Comenzó con la idea del malecón, pero cuando eso no fue suficiente, añadió catapultas y barcos navales.
  5. Recompénsate. Si la tarea que te propusiste es grande, divídela en pasos más pequeños y recompénsate después de cumplir cada uno. Los hombres de Alejandro eran famosamente leales a él. Cultivó esta lealtad y mantuvo la resolución de sus hombres fuerte reconociéndolos y recompensándolos individualmente por los actos valientes en la batalla. Aplica este mismo principio en tu propia vida. Después de completar un paso, sal y regálate algo. No tiene que ser caro. Comprar tu revista favorita o una comida en tu hamburguesería favorita te recompensa por un trabajo bien hecho y te mantendrá motivado para seguir adelante.

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