Todos somos líderes en algún momento de nuestra vida. Servimos como líderes en nuestros trabajos, comunidades y núcleos familiares. Para muchos, ser un líder significa tener el poder de controlar a los demás. Las personas con este punto de vista se dan cuenta que entre más intentan controlar la gente, menos influencia sobre ellos tienen. Para otros, el liderazgo significa una posición de autoridad. Sin embargo, un hombre puede ser líder aún cuando se encuentra en la base de la pirámide. Cuando un hombre identifica una tarea que debe realizarse, no deja que su bajo cargo lo limite para hacerse cargo de la situación; el le pone el pecho a la brisa y asume la responsabilidad. El verdadero liderazgo no es de superioridad, posición o prestigio. Sino de descubrir explotar el potencial de las personas que te rodean. El liderazgo no se da por el poder de una persona, sino facilitando la grandeza de muchos.
Infortunadamente, muchos hombres hoy en día se rehúsan a ser lideres por pereza ó apatía. Preferirían tener una vida fácil y plana y dejar la responsabilidad sobre los hombros de otro. Pero hoy en día el mundo necesita el liderazgo de hombres virtuosos más que nunca. Cuando el deber te llame y debas convertirte en un líder ¿Podrás contestar dicho llamado?
En 1950, las fuerzas armadas de los Estados Unidos imprimieron un pequeño libro para todos sus oficiales donde daban pautas para ser mejores hombres y mejores líderes. En dicho texto, se exponían cinco rasgos que distinguen a un buen líder. Hemos tomado estos rasgos y explotar su significado y aplicabilidad para todo hombre, tanto oficial como civil.
1. Resolución silenciosa. Un líder efectivo tiene la consigna de resolver cada problema hasta sus últimas consecuencias. Después de la guerra todos queremos ser generales, dice el refrán. Las resoluciones son como leves brisas cuando el compromiso del hombre no ha sido puesto a prueba. Solo cuando el miedo, el caos y el estrés de la crisis golpea a un hombre, se evidencia la verdadera capacidad resolutiva. En cualquier situación, habrá una oportunidad de escapar, la posibilidad de evadir la responsabilidad y escoger la seguridad y la derrota en lugar de riesgo y una mayor recompensa. En esos momentos de crisis, el verdadero líder no flaquea, si es capaz de hacer una resolución silenciosa. El verdadero líder no duda sobre la decisión que sabe que es correcta. Sin la terrible indecisión oponiéndosele, se mantiene tranquilo y nivelado, inmutado ante los retos. No es ruidoso, no grita frenéticamente en un fallido intento de esconder su falta de tesón con acciones inútiles. El hombre con resolución silenciosa es un hombre que inspira mucha confianza en los demás. Mientras el mundo a su alrededor se hunde, el sabe cual es su misión y tranquilamente la cumple. El es el ancla en la tormenta.
¿Cómo convertirse en un líder con resolución silenciosa?
No esperes a que aparezca una crisis para tomar una decisión. Lista tus valores y metas, organiza planes de reacción si ciertas crisis pudieran presentarse y se requiera tomar decisiones fundamentales. JAMÁS esperes al momento de presión para tomar la decisión, probablemente estarás más tentado a rendir tus valores. Fija un curso para ti mismo, y cuando las pruebas lleguen, no entrarás en pánico, no cambiarás de dirección como una veleta, simplemente recordarás tu plan y lo seguirás a cabalidad.
2. La dureza de arriesgarte. El que no arriesga un huevo, no gana un pollo. Grandes recompensas llegan a quienes están dispuestos a tomar riesgos. Un líder que se mantiene en su zona de confort, nunca podrá ponerse a sí mismo ni a alguno de sus hombres en una posición donde pueda experimentar el éxito. Una vida sin riesgos suena muy tentadora; La dulzura, suavidad y el confort conllevan a la apatía y la mediocridad. El hombre débil se para en la intersección de las decisiones, tentado por la recompensa, pero paralizado por el miedo a la derrota. Ignora que hasta las derrotas traen recompensas. Sin la derrota, el hombre nunca se conoce a si mismo, sus límites, su potencial y de lo que realmente es capaz de hacer. Un hombre que nunca se arriesga no logra ver que ha tomado el peor de los riesgos: El de nunca progresar, refinar su alma o contribuir a cualquier cosa.
Como volverse un líder que toma riesgos:
El miedo a arriesgarse es algo real. No puedes esperar tener el coraje de tomar un gran riesgo cuando no tienes experiencia tomando pequeños riesgos. Encuentra oportunidades en tu vida diaria para tomar pequeños riesgos. Puede ser algo tan simple como aproximarte a un extraño y entablar una conversación. Encuentra una actividad que te genere pánico y ansiedad, como hablar en público e inténtalo. Entre más te aventuras a tomar riesgos, más desarrollas la capacidad de sobreponerte al miedo y ganar la sabiduría para saber cuando vale la pena tomar un riesgo. Necesitas experiencia para arriesgarte a lo grande cuanto tus habilidades de liderazgo sean más necesarias que nunca.
3. Disposición para compartir recompensas con los subordinados. Un gran líder, si bien confía plenamente en sus capacidades, acepta con humildad que no importa cuan grande sea su participación dentro de una victoria, es n esfuerzo grupal y no personal. El verdadero líder está profundamente agradecido por todos los empleados que participaron, sin importar cuan pequeño sea su rol. Además, el verdadero líder entiende la naturaleza humana, entiende que los seres humanos adoran ser reconocidos por sus contribuciones. Cuando un grupo u organización triunfa, el verdadero líder hace prioritario reconocer tanto en público como en privado las contribuciones de sus seguidores. Cuando una persona ve que un líder es humilde y está dispuesto a compartir las recompensas con ellos, querrán seguirlo.
Compartir el éxito con quienes te han seguido puede ser tan fácil como ofrecer reconocimientos públicos por su ayuda o aumentando su compensación monetaria. Una tarjeta de agradecimiento puede bastar para felicitar a un empleado por su esfuerzo completando un proyecto y a su vez puede forjar una relación basada en la lealtad hacia ti y tu organización. Al ofrecer agradecimientos o hacer cumplidos, trata de ser lo más específico posible. Así le demuestras a la persona que estás pendiente de sus actos, eso hace el agradecimiento más personal y sincero.
4.Disposición igual o mayor para tomar la culpa cuando las cosas van mal. Es cuando las cosas salen mal que los verdaderos líderes y los farsantes se separan. El líder comadreja fácilmente aceptará los cumplidos cuando él y su equipo triunfen, pero encontrará otro individuo cuya cabeza ruede en vez de la suya si las cosas se tornan difíciles. Cuando los seguidores ven estas actitudes, la confianza y lealtad a dicho líder se derrumba. Los verdaderos líderes se atribuyen la responsabilidad de todas las consecuencias que conllevan sus decisiones, incluso la responsabilidad es de un empleado, el líder siempre se atribuirá la culpa. Quizás el líder se equivocó al dar las instrucciones, o se equivocó en la asignación de las mismas. Después de tomar responsabilidad por los resultados, un líder efectivo empieza a formular acciones para corregir la situación.
Como ser un líder mediante la aceptación de culpa cuando la situación es adversa:
Cuando aceptes una culpa, debes hacerlo con sinceridad. Tu confesión debe surgir de el genuino pensamiento que tuviste la culpa. Aceptar la culpa con dificultad te hace un niño, no un hombre. Nunca hagas el rol del Martir y busques la gloria por caerte. De igual manera, no te responsabilices en público, pero dile a tus subordinados que la única razón que tomaste la responsabilidad fue para salvarles el trabajo.
5. Tener la templanza de sobrevivir a la tormenta y la desesperanza, de vivir cada día con el cuadro de puntajes en ceros; sin maximizar los éxitos, ni minimizar las derrotas. Todos los grandes líderes a lo largo de la historia han experimentado momentos de éxito y momentos de derrota y devastación. Los grandes líderes se centran en cosas que pueden cambiar o influenciar, recordando que el pasado no es una de esas cosas. Si fallas, aprende de tu error y deja de llorar sobre la leche demarrada. Revivir el pasado no hará nada por ti, además la gente que sigue a un líder pierde la confianza de sus subordinados si estos usualmente pagan por sus errores.
Cuando triunfes, celebra con tus seguidores y sigue hacia adelante. Un líder que constantemente añora el pasado demuestra que aún no ha enfocado su vida a algo más grande. Adicionalmente, como leemos de los Griegos “El hubris de un hombre puede rápidamente convertirse en tentación”.
Cómo ser un líder que no vive en el pasado:
Lee biografías de algunos grandes líderes de la historia. Al leer sobre las vidas de estos hombres, aprenderás que inclusive los más grandes líderes tienen enormes obstáculos. Ganarás perspectiva y te darás cuenta que una derrota no significa la muerte de la capacidad del hombre de dirigir. Dichas historias de grandes hombres de la historia te inspirarán para que creas en la fuerte influencia en la historia que un verdadero líder puede tener.