Un homenaje al Hombre de todos los tiempos. Divertido, nostálgico, a veces intencionadamente ingenuo, un auténtico manual de consulta para los Caballeros del siglo XXI, con trucos y consejos clásicos para el hombre de hoy.
Si eres un reciente lector de The Art of Manliness en Español, probablemente ya hayas conocido desde hace buen tiempo la versión original del blog www.artofmanliness.com. A poco de espigar la enorme cantidad de material (por demás útil e interesante) que ofrece el sitio, habrás sabido del libro (en realidad ya son dos) que Brett y su esposa han escrito como propia contribución a este arte milenario de ser hombre.
No creo que sea necesario aclarar, respecto a The Art of Manliness el libro, cuan cierto es que para nosotros, hispanohablantes, se suman una serie de inconvenientes para aprovechar su lectura, no siendo una de las menores la barrera idiomática. Pero ¿sabías que existe disponible una versión en castellano de la obra de Brett y Kate?
Editado por Criteria Club de Lectores, está basado en la obra original de los McKay, con la inestimable colaboración de don Ignacio Peyró, quien es redactor jefe de Cultura del diario La Gaceta de los Negocios, y un maestro en el arte de las buenas maneras y que durante los últimos cinco años ha publicado una columna semanal titulada “La buena vida”.
Hace ya buen tiempo que deseaba leer este libro, aunque fuera en la versión original en inglés, pero por diversas circunstancias, nunca me fue posible. Un par de días atrás, vi la traducción al español en la librería y no dudé en comprármela.
No es mi intención hacer una comparación entre las dos versiones, ya que, como dije, no he podido conocer aún la original, pero sí puedo señalar algunas características del Gran Libro de los Hombres que me parecen muy sugestivas, además de originales.
Dejando de lado algunas mínimas consideraciones respecto de la traducción (abundan giros y términos peninsulares, o alusiones a un público estrictamente ibérico y que tal vez podrían significar una dificultad de comprensión para los hispanoamericanos, pero que son habituales en este tipo de publicaciones), el mejor acierto del libro es ofrecer a los hombres de hoy, todo un traditum que a mí aún no me queda claro por qué ha ido perdiéndose con el tiempo. Este depósito, pues, mira específicamente a un objetivo: señalar el camino, marcar el rumbo para llegar a ser mejores hombres (en varios si no en todos los sentidos que se les ocurran).
Ahora bien, si no crees que un solo libro pueda llegar a tanto en sí mismo, al menos, aspira más bien a ser un manual de consulta obligada acerca de las más variadas situaciones de la vida de cualquier hombre. Y esto es una novedad, porque se me olvidó decirles que el gran libro de los hombres, también ofrece consejos prácticos para llevar la teoría a la práctica.
Por lo demás, el libro reúne, si no todas, varias de las ideas (o axiomas) características de Brett y que un lector frecuente del blog puede ya bien conocer. Pero aún así, no está demás el tenerlas a mano para recordarlas y volver a ellas cada vez que lo necesitemos. Pongo algunos ejemplos: el retorno al uso del sombrero, o por qué todo hombre que se precie, debería ir al barbero. También se menciona cómo dejar de salir simplemente con mujeres y comenzar a tener citas con ellas. Infaltables son los apartados referidos al baritsu, el arte de acampar, o las virtudes que todo hombre debería cultivar.
Me llamó también la atención especialmente el hecho de que no se acobarde al tratar ciertos temas espinosos para nosotros, y que lo haga con claridad, simpleza y en un clima de confianza, por ejemplo al referirse a la pornografía.
Otras veces, en su afán de informar o aconsejar y abarcar todos los aspectos de la vida, resulta un poquito gracioso y hasta ingenuo, como cuando nos explica dónde llevar los pantalones o cómo doblar el pañuelo.
No quiero extenderme mucho más, a riesgo de cansar; al contrario, decir solamente que no se agota el Gran Libro de los Hombres en estas pobres ideas, que he logrado poner juntas con mucho esfuerzo, sino que hay mucho más por descubrir en él. Si tuviera que resumirlo en una frase, el Gran Libro de los Hombres pone en práctica aquello del docere delectando y justamente entre discípulos que muchas veces no toman conciencia ni de cuánto les agradan esas lecciones, ni de cuánto las necesitan.