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Lecciones de Masculinidad: La Infancia de Theodore Roosevelt

Theodore Roosevelt no solo fue uno de nuestros más grandes presidentes, también fue uno de los hombres estadounidenses más grandes que jamás haya vivido. Encarnó todas las virtudes masculinas y vivió la vida con vigor y entusiasmo. En todo lo que hacía, no solo predicaba, sino que también practicaba.

Este es el primero de una serie de artículos que destacarán la ejemplar masculinidad de TR. Comenzaremos con su infancia.

La Infancia de Theodore Roosevelt
La vida de Teddy comenzó de manera bastante inauspiciosa. Era un niño enfermizo, asmático (una condición que en ese momento a veces era fatal), con miopía y educado en casa. Su padre, que deseaba un hijo fuerte, estaba completamente decepcionado de él. No permitiría que Teddy se hundiera en sus debilidades. Un día lo llevó aparte y le dijo:

“Theodore, tienes la mente, pero no tienes el cuerpo, y sin la ayuda del cuerpo, la mente no puede llegar tan lejos como debería. Te estoy dando las herramientas, pero depende de ti hacer tu cuerpo.”

Teddy no dudó en responder:

“¡Haré mi cuerpo!”

Desde ese momento, Roosevelt se convirtió en un incansable defensor de lo que él llamó la “vida esforzada”. Su objetivo era vivir cada día con vigor y convicción. Puso la valentía como un objetivo constante frente a él.

Mira nuestro cómic que muestra este momento.

 

Teddy se puso a trabajar de inmediato. Él y su padre construyeron un gimnasio en la casa donde boxeaba y levantaba pesas. Encontró especialmente revitalizante el senderismo, y escalaba montañas en todo tipo de climas.

 

Se convirtió en un joven fuerte y robusto, dedicándose al boxeo competitivo y al remo como estudiante en Harvard. Aun así, después de graduarse, su médico le aconsejó que debido a serios problemas cardíacos, debería encontrar un trabajo de oficina y evitar actividades extenuantes. Roosevelt decidió escalar el Matterhorn en su lugar. Debido a que Roosevelt había superado su debilidad con fuerza de voluntad y disciplina, durante el resto de su vida no tuvo simpatía por los débiles. De sus hijos dijo:

“Preferiría que uno de ellos muriera antes que verlos crecer como débiles.”

Como veremos, TR llevó este celo inquebrantable a todo lo que hizo.

Lecciones de TR

  1. Establece metas para superar debilidades. No permitas que tus debilidades te impidan tener éxito. Siéntate hoy y haz una lista de las debilidades que tienes. Podría ser la procrastinación, un mal hábito o la timidez. Hazlo una meta para superar esa debilidad y elabora un plan de ataque para vencerla. Si la timidez es tu debilidad, haz que tu meta sea presentarte a 3 extraños cada día. Después de un mes haciendo esto, tu debilidad se habrá convertido en una fortaleza.
  2. Trabaja duro. TR nos mostró que establecer metas no es suficiente para superar tus debilidades. Debes trabajar en ello. Trabaja duro todos los días para conquistar tu debilidad. Enfoca toda tu energía en mejorar cada día.

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