Cuando pensamos en momentos que personifican la masculinidad, a menudo recordamos al capitán que se hunde con el barco, a los hombres que permiten que las mujeres y los niños vayan primero, al soldado que se lanza sobre una granada para proteger a sus hermanos, al anciano que intenta salvar a un niño que se ahoga y perece en las olas. El denominador común en estos escenarios es este: el sacrificio. El sacrificio es, posiblemente, la virtud más masculina. Es la capacidad de renunciar a nuestros deseos, e incluso a nuestras vidas, para ayudar y beneficiar a los demás.
Aunque la mayoría de nosotros nunca seremos llamados a hacer el sacrificio supremo, hay un sacrificio que todo hombre puede y debe hacer: el sacrificio de su tiempo y recursos al servicio de los demás.
Incluso los hombres que no se consideran materialistas, pueden ser absolutamente avaros con su tiempo. Pero mientras que aferrarnos a nuestro tiempo y recursos parece, en el momento, proteger nuestra felicidad, a largo plazo este egoísmo corroe nuestras almas. Cuanto más nos aferramos a las cosas, menos las disfrutamos. El egoísmo nos vuelve innecesariamente amargados y despreciables, sintiendo que nunca tenemos suficiente y siempre preocupados porque alguien podría quitarnos algo. Al no compartir nuestro tiempo, talentos y recursos, terminamos sintiéndonos vacíos, no plenos. Por lo tanto, el servicio debe ser una parte de la vida de todo hombre, para que, junto con Ebenezer Scrooge, no tengamos que lamentarnos:
“¡No saber que ningún espacio de arrepentimiento puede enmendar las oportunidades perdidas de una vida! ¡Y sin embargo, así era yo! ¡Oh, así era yo!”
Nuestra Obligación de Servir
Todos sabemos que la vida no es justa. Algunos tenemos mucho y otros tienen poco. Podemos resignarnos ante esta disparidad o podemos hacer todo lo posible por añadir equilibrio al universo. Si tienes la suerte de tener más talentos y recursos que otros, demuestra tu gratitud devolviendo un poco. A quien mucho se le da, mucho se le exige.
Parte del código del guerrero que todo soldado sigue es la máxima: “Nunca dejaré a un compañero caído.” En el calor de la batalla, cuando alguien grita, “¡Hombre caído!” las tropas se movilizan para llevar a su compañero a un lugar seguro. Un médico u otro soldado arriesgará una lluvia de balas para salvar a su camarada.
Hoy en día, hay muchos hombres “caídos.” Están heridos en el campo de batalla de la vida, no por balas, sino por la pobreza, el analfabetismo y la desesperanza. Como parte de la hermandad de la humanidad, tenemos la obligación de no dejar atrás a nuestros compañeros. Como dice el refrán, “El servicio público que prestamos es el alquiler que pagamos por nuestro lugar en la tierra.”
Los Beneficios del Servicio
Por supuesto, el mayor beneficio del servicio es la ayuda que las personas en necesidad reciben de ti. El servicio puede transformar vidas, comunidades y naciones. Pero dar servicio es una de las mayores paradojas de la vida. Aunque parece que sacrificamos nuestro tiempo y recursos, en realidad recibimos muchos beneficios a cambio. Al dar, recibimos. Es un misterio, pero es absolutamente cierto. Servir puede transformar tu vida de las siguientes maneras:
- Te hace feliz.
Desde pequeños aprendemos la palabra “mío,” y a menudo vivimos con la filosofía de “¿Qué gano yo?” Pero este egoísmo no trae felicidad ni paz. Es el dar, no el recibir, lo que nos da verdadera felicidad. Aunque a veces me quejo cuando me piden hacer un proyecto de servicio, cada vez que lo hago, me siento feliz y satisfecho después. Siempre. - Pone tus problemas en perspectiva.
Nuestros problemas parecen enormes cuando no los comparamos con nada más. Pero al servir a otros menos afortunados, nos damos cuenta de lo bien que estamos. Nuestros problemas se vuelven más pequeños, y nuestra gratitud por las cosas buenas en nuestra vida aumenta exponencialmente. - Rompe los prejuicios.
Es fácil juzgar a personas con las que nunca hemos tenido contacto directo. Pero cuando trabajamos uno a uno con personas diferentes a nosotros, aprendemos a conocerlas y amarlas, y nuestra empatía crece. Dejamos de ver estereotipos y comenzamos a ver a personas reales. - Te ayuda a encontrarte a ti mismo.
Muchos buscan “encontrarse” viajando o estudiando. Pero no hay mejor manera de descubrir quién eres que sirviendo a otros. Te quita las capas de superficialidad y revela lo que realmente valoras.
Cómo Encontrar Oportunidades de Servicio
Uno de los motivos por los que no servimos más no es por falta de deseo, sino porque no sabemos cómo involucrarnos. Aquí algunas sugerencias:
- Voluntariado en una organización existente:
Hay muchas organizaciones que siempre buscan voluntarios. Algunas opciones incluyen:- Big Brothers/Big Sisters of America
- La Cruz Roja
- Habitat for Humanity
- Boy Scouts of America
- Meals on Wheels
- Buscar en internet:
Hay sitios web como Volunteer Match, Serve Net o Serve.gov donde puedes encontrar oportunidades de servicio cerca de ti. - Llamar a una organización:
Si ya tienes una idea de dónde te gustaría servir, llama a una escuela, hospital, prisión, iglesia u hogar de retiro. - Unirte a una organización fraternal:
Grupos como los Masones realizan actividades de servicio comunitario. - Crear tu propio proyecto:
Identifica una necesidad en tu comunidad y encuentra una forma de cubrirla. Por ejemplo, iniciar un proyecto para ayudar a vecinos con tareas simples como cortar el césped.
Tarea de Hoy: Comprométete a Servir
No tienes que realizar el servicio en las próximas 24 horas. Tu tarea es encontrar un proyecto u oportunidad para ser voluntario y registrarte si puedes. O crea tu propio proyecto. Déjanos saber qué decides hacer en la Comunidad.