Menu

in: La Vida Varonil

• Last updated: July 11, 2024

Alcanzando la mayoría de edad: La importancia de los ritos masculinos transmitidos de generación en generación

Los ancianos de la tribu solían darse cita en frente de una choza y llamaban a los hombres jóvenes para que iniciaran su ritual y las festividades en ese día tan especial. Los jóvenes apenas habían podido conciliar el sueño durante la noche, esperando con ansias las duras pruebas que se veían venir. A medida que se acercaban hacia los ancianos, sentía ese vacío en el estomago; pues llevaba ya tres días sin comer, mientras purgaba su cuerpo de impurezas.

La ceremonia comenzó. Los ancianos de la tribu atravesaron al joven con estacas de madera en los músculos de su pecho, cuello y espalda. Posteriormente, ataron sogas que provenían del techo de la choza a dichas estacas e izaron al joven en lo alto, como si fuera una bandera. Todo su peso corporal pendía de las sogas. Un dolor tremendo recorría todo su cuerpo, pero el joven apretaba sus dientes y se rehusaba a gritar o llorar. Mientras colgaba, más estacas penetraron sus extremidades superiores e inferiores. Lo cráneos de su abuelo y otros ancestros muertos fueron colocados en los extremos de las estacas. Durante el ritual, el joven clamaba desesperadamente al gran espíritu para que su coraje no se esfumara. Finalmente, el joven perdía la conciencia por la enorme perdida de sangre y dolor de la tortura a la que era sometido. Cuando los ancianos aseguraban que estuviese desmayado, lo descendían y removían las sogas. Aún con las estacas clavadas, al recobrar su estado de consciencia, el joven ofrecía su dedo meñique de la mano izquierda en sacrifico a los ancianos de la tribu. Su dedo era colocado sobre un bloque y cortado con rapidez. Este regalo solía hacerse a los dioses y permitiría al joven convertirse en un poderoso cazador. Finalmente, el joven corría alrededor de un cuadrilátero donde sus compañeros lo esperaban. Mientras corría, los aldeanos arrancabas las estacas que se encontraban clavadas en su cuerpo, pero tenían que hacerlo en sentido opuesto a como habían entrado en los músculos, causándole al joven incluso aún más dolor. De esa manera se concluía la ceremonia.

El joven se encontraba exhausto, ensangrentado, pero lleno de euforia. Estaba más que dichoso con su participación en el ritual. Era el día más importante de toda su vida; el día que se había convertido en hombre.

Si bien la ceremonia de mayoría de edad de la tribu Mandana es un ejemplo gráfico y espantoso, la idea es ilustrar como las culturas prehistóricas creaban ritos que los jóvenes debían cumplir para convertirse en hombres. Hoy en día, estos ritos están casi extintos. Los jóvenes de hoy carecen de momentos que definan la transición de niños a hombres. Si les preguntas cuando ocurre dicho cambio, obtendrás distintas respuestas: “Cuando consigues un auto”, “Cuando de gradúas de la universidad”, “Cuando consigues tu primer trabajo”, “Cuando pierdes tu virginidad”, “Cuando te casas”, “Cuando tienes un hijo” entre muchas más. El problema con muchos de los eventos que mencionamos anteriormente ocurren cada vez más y más adelante en el ciclo vital del hombre de hoy. Hace 50 años el hombre promedio empezaba a formar una familia a la edad de 22 años. Hoy en día (Para bien o para mal) los hombres se están casando y teniendo hijos mucho más tarde. Con estos antiguos ritos retrasándose, muchos hombres se sienten atrapados entre la niñez y la adultez. ¿La universidad? Cada vez menos hombres se gradúan. Y muchos de los que se gradúan regresan a su casa como un bumerang, e invierten algunos años para decidir cual es el siguiente paso en su proyecto de vida. Con los ritos en vía de extinción, los hombres jóvenes en su mayoría se sienten a la deriva.

Vale la pena recalcar que convertirse un hombre –con o sin ceremonia- no ocurre en un solo momento. Los ritos que mencionábamos con anterioridad juegan un papel importante a la hora de señalar el momento en el cual un niño debe empezar a pensar y actuar como un hombre, el momento en el que la comunidad debe empezar a respetarlo como un hombre, y el momento en el cual debe empezar a adoptar las responsabilidades de un hombre. Sin señales para indicar el momento, muchos jóvenes hoy en día prolongan su niñez, sin saber el momento exacto en el que han madurado y se han convertido en hombres.

¿Qué es un rito de pasaje?

Los sociólogos han identificado tres fases que constituyen un apropiado rito de pasaje: La separación, la transición y la re-incorporación.

Separación: Durante esta primera fase, la persona que va a iniciar el rito se separa de alguna manera de su estilo de vida previa. En el ejemplo de la tribu Mandana, el joven era aislado de la aldea en una choza durante tres días. En otras tribus, las cabezas de los jóvenes son afeitadas y bañadas o tatuadas a manera de ritual. En un ejemplo moderno, cuando un hombre ingresa a las fuerzas militares, lo envían a campo de entrenamiento. Su antiguas posesiones quedan de lado, su cabeza es afeitada y debe vestirse con un uniforme. Durante la fase de separación, parte del viejo ser se extingue a medida que el iniciado  se prepara para crear una nueva identidad.

Transición: Durante esta fase, el iniciado se encuentra en un dilema: no se ha alejado del todo de la antigua vida, pero no ha sido completamente inducido en su nueva vida. Aprende nuevo conocimiento necesario para volverse un miembro de tiempo completo del grupo de adultos. Ya está listo para ser llamado a pasar cualquier prueba impuesta, a dar el salto de niño a hombre. En las sociedades tribales, los ancianos le indicaban al iniciado como se comportaba un hombre, como debía actuar de ahora en adelante. El iniciado participaba después en ceremonias que usualmente causaban dolor y necesitaban resistencia. En caso de un soldado, es gritado, empujado, ejercitado y disciplinado, en otras palabras: preparado para recibir un rango y un título.

Re-incorporación: En esta última fase, el iniciado ha logrado aprobar las pruebas y ha demostrado su valor, por lo cual se hace acreedor a ser re-introducido a la sociedad, lo cual le confiere honores y un nuevo status dentro de la sociedad. Para las sociedades tribales, esto se traducía en un festín celebrado en toda la aldea. El niño de ahora en adelante sería reconocido por todos los miembros de la tribu como un hombre, y podría participar de actividades y responsabilidades que van de la mano con el título de hombre. En el ejercito, su experiencia durante el campamento de entrenamiento termina y sus superiores y familiares se reunirían en una ceremonia para reconocer su nuevo rango y posición como un miembro de las fuerzas militares.

Durante las tres fases del proceso, los hombres que han atravesado los rituales guían a los jóvenes iniciados que hasta ahora empiezan su camino. Al controlar el rito de pasajes, los hombres deciden cuando un niño se convierte en hombre.

Creando ritos de pasaje modernos para jóvenes

Han existido diversos movimientos para tratar de resucitar los ritos de pasaje para hombres. El más reciente intento ocurrió en la década de los 90s, con el movimiento de los hombres mito-poéticos. Libros como Iron John y King, Warrior, Magician Lover: Redescubriendo los arquetipos del hombre maduro invitaban a los hombres a buscar rituales de pasaje para hombres. El movimiento se agotó pronto, y junto a el la idea de restaurar los ritos de pasaje para hombres.

El problema de establecer ritos de pasaje hoy en día es recrear la fase de “re-incorporación”. Los niños de hoy en día son rara vez una parte integral de cualquier comunidad grande, mucho menos una que reconozca y vea necesaria la aplicación de los ritos de pasaje. Pero los ritos pueden ser reconfigurados para la era moderna y actuar como puntos de inflexión en el camino de un niño hacia la hombría. Los ritos de pasaje pueden ser catalizadores que propulsen al niño hacia la adultez.

¿Cuándo deben ocurrir los ritos de pasaje?

Antes de decidir cuál será el rito de pasaje, surge primero la necesidad de decidir a qué edad tu hijo debe realizar el rito. En algunas culturas tribales, niños de 8 años atraviesan rituales y se convierten en hombres para su comunidad. Cargar con las responsabilidades de un adulto a los 8 años probablemente no funcionaría en la cultura occidental. Un buen momento para hacer que tu hijo atraviese un ritual de pasaje es cuando cumpla 18 años. Para entonces ya habrá acabado el colegio y la sociedad lo considera legalmente un adulto. Además, se encuentra a punto de empezar un nuevo capitulo de su vidas. Un rito de pasaje debe servir como carta de navegación para hacerles entender lo que les espera más adelante.

Creando ritos de pasaje en tu comunidad religiosa

Pocos de los ritos de pasaje que aún son reconocidos en el mundo ocurren alrededor de organizaciones religiosas. Ya sea cuando un hombre realiza el sacramento de la confirmación ante la iglesia católica, es bautizado en su congregación evangelista, o celebra su bar mitzvah, las iglesias proveen el reconocimiento que hace posible un rito de pasaje.

Si bien estos ritos de pasaje ya están establecidos, existen maneras en las que padres y familiares pueden ayudar en el proceso. Estas ceremonias pueden ser algo grande, una ceremonia en la cual el niño de verdad siente que realiza la transición hacia la hombría, o puede ser uno de esos rituales que el se supone que debe cumplir, y participar en el simplemente porque su familia espera que lo haga. Un padre puede asegurarse que lo último no suceda preparando a su hijo antes de la ceremonia.  El padre puede ser de gran ayuda al hablar con su hijo desde que es pequeño, indicándole lo que significa convertirse un hombre en la religión de la que forman parte, además de la forma de prepararse para afrontar este futuro rito de pasaje. A medida que la hora se acerca, es posible organizar eventos semanales en los que se discutan los principios de la fe, los puntos de vista personales sobre asuntos específicos y consejos sobre como ser un hombre de fe. Deja que tu hijo vea cuan importante es el rito de pasaje para ti, demostrándole la solemnidad del evento que se aproxima. Cosas tan simples como un estudio semanal de escrituras religiosas ayudan a orientar al niño mientras termina la cuenta regresiva para que ocurra el rito de pasaje.

Creando un rito de pasaje en tu familia

No es necesario que formes parte de una comunidad religiosa para que tu hijo experimente un rito de pasaje de la niñez a la vida adulta. Una familia es una pequeña comunidad, y los padres pueden crear tradiciones familiares que pueden ser limitadas solo por su propia imaginación. Por ejemplo: Intenta escribir una lista de cosas que tu hijo idealmente debe aprender a realizar por si mismo. Cuando ha dominado todas las disciplinas necesarias, organiza una reunión con la familia para celebrar, en la cual el será presentado con un medallón para conmemorar la ocasión. También puedes llevarlo a acampar y hacerlo responsable de la fogata, el campamento, la navegación, la cocina, etc. A lo largo del camino puedes impartirle toda la sabiduría masculina que haz aprendido a lo largo de tu vida. Otra posibilidad es tomar un largo viaje por carretera. Así incrementarás la “Separación” necesaria para que ocurra un rito de pasaje, Puedes intentar enviar a tu hijo a realizar una labor social a otro país, o un viaje guiado por una organización que fomente el liderazgo (AIESEC o Outward Bound). Enlistar a tu hijo en los niños exploradores es otra gran opción. Los exploradores tienen muchos “ritos de pasaje” que mejoran las habilidades de los niños, su responsabilidad y capacidades competitivas. Sea cual sea el camino que escojas, los más importante es darle un significado trascendental. No seas cursi, sé muy sincero. Trata a tu hijo de manera diferente cuando el proceso termine, dándole mayor respeto y responsabilidades.

Creando un rito de pasaje personal 

Algunos de ustedes probablemente se perdieron la oportunidad de formar parte de un rito de pasaje y pueden sentirse a la deriva, en un limbo entre la niñez y la adultez. No desesperen. Pueden crear un rito de pasaje para ustedes. Puede que la parte de “re-introducción” no sea tan significativa en este caso, puedes retornar a tu comunidad sabiendo en tu interior que eres un hombre cambiado. Realiza una lista de metas que pienses cumplir, vete a un lugar desierto, hazte misionero y viaja, únete a organizaciones que promuevan el servicio social y la ayuda a los otros, únete a las fuerzas militares, únete a una fraternidad universitaria que valga la pena… No importa, siempre y cuando te comprometas a dar todo de ti durante la experiencia y permitir que esta te ayude en la transición hacia la hombría.

Ahora es tu turno. Por favor comparte con nosotros qué ritos de pasaje atravesaste que marcaron tu paso de la niñez a la vida adulta. Tienes alguna idea sobre ritos de pasaje para niños? Regálanos un comentario a continuación y cuéntanos!

 

 

Posts Relacionados