Menu

in: La Vida Varonil

Lecciones de Masculinidad de “Gladiador”

Hay una razón por la que a los hombres (y mujeres) les encantó “Gladiador”. El personaje principal, Máximo Décimo Meridio, es la personificación de la masculinidad. Aquí hay cuatro lecciones de masculinidad que podemos aprender de él.

Amaba a su familia y les era leal
Máximo era un hombre de familia. Rechazó la gloria de ser emperador de Roma para abrazar el calor del amor familiar.

Marco Aurelio: ¿Cuándo fue la última vez que estuviste en casa?
Máximo Décimo Meridio: Dos años, doscientos sesenta y cuatro días, y esta mañana.

Aunque la esposa de Máximo fue brutalmente asesinada, esto no disminuyó su devoción hacia ella. A lo largo de la película, existe una tensión romántica entre Máximo y la hija del emperador. Sin embargo, Máximo se mantuvo leal a su esposa fallecida y rechazó sus avances.

[Máximo mira imágenes de su esposa e hijo]
Juba: ¿Pueden oírte?
Máximo Décimo Meridio: ¿Quién?
Juba: Tu familia. En la otra vida.
Máximo Décimo Meridio: Oh, sí.
Juba: ¿Qué les dices?
Máximo Décimo Meridio: A mi hijo, le digo que lo veré pronto. Que mantenga los talones abajo mientras monta su caballo. A mi esposa… eso no es asunto tuyo.

Amaba a su país
Antes de convertirse en gladiador, Máximo era un leal general en el ejército romano. Sus hombres lo respetaban y lo honraban enormemente. Cuando Roma cae en manos corruptas, no renuncia a su país. Con lealtad, se esfuerza por cumplir el deseo del emperador moribundo de restaurar el gobierno de Roma al pueblo y al Senado. Máximo trabaja y se sacrifica hasta que la República es restaurada.

Podía derrotar a cualquiera, pero siempre se mantenía honorable
“Gladiador” es conocida por sus increíbles escenas de lucha. En cada batalla, ya sea en la guerra o en la arena, Máximo siempre derrotaba a su oponente con una combinación de fuerza bruta y estrategia. Era capaz de ignorar el dolor para hacer el trabajo. Nunca se rindió al miedo. En su lugar, proyectaba una confianza tranquila que desestabilizaba a sus oponentes. Nunca dudó de su capacidad para ganar.

Máximo: A mi señal, desaten el infierno.

Aunque Máximo destacaba en las artes marciales, no disfrutaba del derramamiento de sangre. Solo luchaba cuando era necesario y al servicio de una causa justa.

Estaba en sintonía con su espiritualidad
Máximo Décimo Meridio: Lo que hacemos en la vida, resuena en la eternidad.

Máximo dedicaba tiempo a su vida espiritual. Rezaba a sus dioses. No tenía duda de que su esposa y su hijo lo esperaban en la otra vida. Antes de cada batalla, Máximo se agachaba y dejaba correr tierra entre sus manos, como si pidiera a los dioses que lo acompañaran en la batalla.

Máximo Décimo Meridio: Antepasados, les pido su guía. Bendita madre, ven a mí con el deseo de los dioses para mi futuro. Bendito padre, cuida de mi esposa e hijo con una espada lista. Susúrrales que vivo solo para volver a abrazarlos, porque todo lo demás es polvo y aire. Antepasados, los honro e intentaré vivir con la dignidad que me han enseñado.

Posts Relacionados