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in: La Vida Varonil

Manvotional: “Invictus” de William Ernest Henley

Todos enfrentamos desafíos en nuestras vidas. Lo que separa a los hombres de carácter de los cobardes sin espina dorsal es la forma en que enfrentan esos desafíos. En el poema “Invictus”, el poeta británico William Ernest Henley describe cómo debe responder un hombre ante las adversidades. “Invictus” es latín para “invencible”. Todo hombre debería tener un espíritu invencible. Cuando la vida te golpee en el estómago, levántate y dale una patada de vuelta.

El propio poeta tenía el espíritu invencible del que escribió. Cuando tenía 12 años, Henley desarrolló tuberculosis en los huesos. Tuvo que someterse a la amputación de una pierna hasta la rodilla, y los médicos le dijeron que tendrían que amputar la otra si quería sobrevivir. Henley les dijo a los doctores que estaban equivocados y permitió que solo le amputaran una pierna. Al final, logró conservar la otra. Llevó una vida activa con una sola pierna y tuvo una exitosa carrera como poeta y crítico literario. Henley fue verdaderamente el capitán de su alma.

“Invictus” de William Ernest Henley

Desde la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a los dioses que puedan existir
Por mi alma invencible.

En las garras caídas de la circunstancia
No he gemido ni llorado en voz alta.
Bajo los golpes del destino
Mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de ira y llantos
Asoma solo el horror de la sombra,
Y sin embargo, la amenaza de los años
Me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia,
Yo soy el dueño de mi destino;
Yo soy el capitán de mi alma.

 
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