Para desglosarlo a lo básico, hay algunos rasgos comunes que esencialmente constituyen el género masculino. Aunque los roles varían ligeramente en cada cultura, hay ciertas características vitales que aparecen en casi todos los hombres. Cualesquiera que sean las manifestaciones positivas o negativas de estos rasgos, son verdaderamente lo que hace a un hombre lo que es.
1. Físico
“Solo un hombre que sabe lo que es ser derrotado puede llegar al fondo de su alma y encontrar la fuerza extra que se necesita para ganar cuando la competencia está igualada.” –Muhammad Ali
Ya sea compitiendo por comida, luchando cuerpo a cuerpo o desafiándose en el ámbito deportivo, dominar las propias capacidades físicas es una parte importante de ser hombre. El rasgo más primitivo, pero aún uno de los más prominentes, la capacidad física de un hombre afecta todo, desde la autopreservación hasta las preferencias de apareamiento. La salud y la virilidad de un hombre lo hacen un candidato atractivo para una pareja, mientras que su fuerza y estatura siguen siendo factores influyentes tanto en el mundo social como en el empresarial.
2. Funcional
“Feliz el hombre que, como Ulises, ha hecho un buen viaje, o ha ganado el Vellocino de Oro, y luego regresa, experimentado y sabio, para pasar el resto de su vida entre su familia.” — Joachim du Bellay
A lo largo del tiempo, la capacidad y el deseo de un hombre de proveer para aquellos que dependen de él han sido centrales en su masculinidad. Mientras utiliza una combinación de habilidad física, astucia, sabiduría y ambición para tener éxito, su papel como proveedor es lo que impulsa a un hombre a lograr. No importa la ubicación geográfica o la situación social, los hombres trabajan principalmente para alimentar y crear un entorno de comodidad para su esposa y su familia. Este es el rol comúnmente aceptado del hombre dentro del sistema social y demuestra ser un desafío formidable que todo hombre debe aceptar.
3. Sexual
“Siempre he pensado que toda mujer debería casarse, y ningún hombre.” — Benjamin Disraeli
En lo que respecta a la pareja, el hombre es percibido como el género menos afectado. Tradicionalmente, ha sido más aceptable para un hombre permanecer soltero hasta más tarde en la vida en comparación con una mujer. El deseo de independencia y libertad del mandato de otros es típicamente un rasgo masculino. El papel del hombre como el agresor en la búsqueda de una pareja es frecuentemente reconocido en la mayoría de las culturas, dejándolo buscar y perseguir su interés. Aunque esto suena como una práctica arcaica y primitiva, sigue siendo una gran parte del proceso de cortejo en la sociedad moderna. De hecho, esta imagen de independencia masculina se ha vuelto tan aceptada, e incluso glorificada en la cultura popular, que los hombres casados a menudo sienten la presión de seguir manteniendo esa independencia. Así que, antes de casarse, asegúrate de reconocer los desafíos que vendrán sin importar qué, y de que ambos tengan un firme compromiso de hacer que funcione.
4. Emocional
“Los sentimientos no están destinados a ser lógicos. Peligroso es el hombre que ha racionalizado sus emociones.” –David Borenstein
La negación de las emociones está arraigada en los hombres desde una edad muy temprana. La frase “los niños no lloran” lo resume bien. Sea cual sea su posición, un hombre debe manejar las cosas sin importar el efecto emocional que le provoquen. La capacidad de suprimir los sentimientos personales permite a los hombres mantener una visión objetiva de la circunstancia y continuar. Un hombre es entonces capaz de tomar decisiones racionales, ya sea en una situación tan pequeña como una discusión interpersonal o tan catastrófica como un sangriento campo de batalla. Dicho esto, es necesario y saludable que los hombres tengan a alguien en quien confiar —un mentor, un hermano, un amigo— y que bajen la guardia de vez en cuando para no acumular tanto estrés que exploten.
5. Intelectual
“Para mí, ser un intelectual no significa conocer temas intelectuales; significa disfrutar de ellos.” –Chinua Achebe
Se considera que los hombres confían más en sus capacidades intelectuales que en sus emociones o intuiciones. El uso de la razón y la lógica les permite a los hombres ver las situaciones de manera objetiva y, por lo tanto, responder de manera racional. Solo se considera la información factual, mientras que los “sentimientos” se consideran pruebas inadecuadas para tomar decisiones. La educación y la adquisición de conocimientos son factores importantes en el desarrollo masculino.
6. Interpersonal
“Un verdadero hombre no odia a nadie.” –Napoleón Bonaparte
En las relaciones interpersonales, los hombres tienden a adoptar roles de liderazgo y toman la iniciativa de actuar en nombre del otro. Esto puede manifestarse negativamente en forma de comportamiento dominante, al suprimir la voluntad de los demás en nombre del interés propio. Sin embargo, este liderazgo también puede ser utilitario. Es altamente efectivo en el modelo familiar, ya que el padre es capaz de establecer el orden en el hogar. Dar dirección y actuar como disciplinario son funciones comunes de los hombres como resultado.
7. Otros
“Los hombres más exitosos al final son aquellos cuyo éxito es el resultado de una acumulación constante… Es el hombre que avanza cuidadosamente paso a paso, con su mente volviéndose más amplia y más capaz de comprender cualquier tema o situación, perseverando en lo que sabe que es práctico, y concentrando su pensamiento en ello, quien está destinado a tener el mayor éxito.” –Alexander Graham Bell
Entre algunas de las otras características comúnmente atribuidas a los hombres están la ambición, el orgullo, el honor, la competitividad y el sentido de la aventura. Estas no son necesariamente las cualidades que posee el hombre perfecto. Más bien, se manifiestan en grados variables, de una forma u otra, en la mayoría de los hombres. Pueden revelarse de manera diferente en cada hombre, ya que uno puede usar su poder e influencia para intereses egoístas, mientras que otro luchará por el bien mayor. Cada hombre debe evaluar sus propias fortalezas y debilidades y encontrar el mejor uso para sus características vitales.
Inspirado por Janet Saltzman Chafetz
Escrito por Ross Crooks y Jason Lankow
